Una de las personas más buscadas del mundo en este momento es una mujer de 26 años. Hayat Boumeddiene, es la presunta cómplice y la novia de uno de los hombres yihadistas en los atentados de París del 7 de enero. Aunque se desconoce la ubicación exacta de Boumeddiene, se cree que ha cruzado a Siria, posiblemente para unirse al Estado Islámico.

Si resulta ser cierto, ella se uniría a una larga lista de mujeres involucradas en el terrorismo. Recientemente, los ataques terroristas llevados a cabo por mujeres incluyen los de las "viudas negras" o shahidkas de Rusia. Estas mujeres son viudas suicidas que buscan vengar la muerte de sus esposos. Además, Nigeria ha visto un aumento preocupante de mujeres suicidas (muchas veces involuntarias) en el movimiento radical de Boko Haram.

A finales del año pasado, tres adolescentes estadounidenses formaron parte de los titulares cuando el FBI las encontró en Alemania en el camino a Siria para unirse al Estado Islámico.

¿Cómo es posible que mujeres de tan diferentes orígenes y edades puedan querer unirse a movimientos que son conocidos por oprimir a las mujeres? ¿Qué lo hace lo suficientemente atractivo?

Puede ser que las mismas medidas que funcionan para reclutar a los hombres estén funcionando con las mujeres. El Estado Islámico es conocido por tener un muy buen desempeño en las redes sociales. Recientemente ha creado “La Fundación Zora”, para promover los ideales yihadistas específicamente en las mujeres. El contenido en Twitter, Facebook, y YouTube, promueve las tareas domésticas como cocinar. Además hay videos de cómo implementar primeros auxilios, y cursos sobre cómo coser y de cómo ser la esposa yihadista ideal.

Se desconoce a ciencia cierta el número de mujeres que se han unido al Estado Islámico. Se sabe que entre ellas figuran extranjeras procedentes de países occidentales.